El verano ya llegó. Se hace notar con las altas temperaturas y en la frondosidad de los árboles y plantas. Pero, ¿sabías que la alergia al polen y a otros factores ambientales no sólo afecta a los humanos, sino también a los animales? De hecho, es posible que tu mascota comience a experimentar síntomas de la llamada “alergia primaveral” y por eso debes estar atento.
“A los perros y gatos alérgicos se les llama atópicos. Estos animales padecen de cuadros alérgicos que se agravan en las épocas de primavera e inicio del verano. Los síntomas son bastante intensos, como prurito (picazón), inflamación intensa de la piel, en el hocico y abdomen, masticación de las patas, rinitis, conjuntivitis, estornudos y a veces hasta secreción nasal”, describe Sylvia Arrau, docente de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.
La reacción alérgica del animal de compañía puede deberse a varios factores, por lo que es importante consultar a un especialista. “El organismo de la mascota reacciona frente a alérgenos como polen, ácaros domésticos y pastos, entre otros, que pueden ingresar por la vía aérea o por contacto. También se le ha relacionado con factores genéticos. En esos casos es necesario hacerle pruebas de sensibilidad y de laboratorio y es aconsejable llevar a la mascota a ver un dermatólogo veterinario, porque estos cuadros se contaminan con bacterias, hongos o levaduras, haciendo su tratamiento mucho más difícil”, asegura la médico veterinaria y Doctora en Ciencias Farmacéuticas.
Las pulgas y garrapatas arremeten en el verano
Los animales de compañía también sufren con las altas temperaturas y la frondosidad del verano. Pueden tener síntomas de alergias y ser más proclives a tener parásitos. Una médico veterinaria entrega consejos para cuidar a las mascotas durante estos meses de calor.El verano hace que los animales queden expuestos a mayor cantidad de parásitos como pulgas, garrapatas y ácaros. Para cuidar a tu mascota es importante estar atentos a los signos que expone. “En esta época aumentan mucho los parásitos externos, vale decir, pulgas, garrapatas, ácaros y piojos. Si la mascota padece de cualquier patología de origen dermatológico, el calor y la humedad ambiental puede agravarla”, comenta la docente de la Universidad del Pacífico.
Las pulgas se transforman en una pesadilla durante el verano y pueden causar alergias mucho más graves. “La cantidad de pulgas aumenta mucho en las épocas de calor y pueden causar alergias mucho más graves. Hay perros que son muy sensibles a cualquier producto de las pulgas, o sea sus huevos, sus patas, su saliva y el dueño debe proteger a su mascota mensualmente con algún producto para controlar sus efectos. Otro problema que se incrementa con el verano son las garrapatas. Estos parásitos son muy invasivos y resistentes a los tratamientos y fumigaciones, y además son portadores de muchísimas enfermedades infecciosas para el perro y el hombre, además de causar bastante molestia y daño a la piel del animal”, revela Sylvia Arrau.
¿Cómo combatir a los parásitos externos durante el verano? “Hay muchas formas de controlarlo: con líquidos o spray que se colocan en todo el cuerpo del animal impregnando la piel; con las llamadas “pipetas”, que son dispositivos plásticos de sustancias químicas antiparasitarias que se colocan en la zona de la cruz (donde nacen los brazos) en un solo punto; con baños sanitarios con productos que se colocan directamente en el cuerpo diluido en agua, con sumo cuidado para que el líquido no tome contacto con el hocico del animal o se lama su cuerpo, porque puede ser tóxico; y también con los champús que contienen sustancias insecticidas que pueden ayudar al problema, pero no son la solución final”, comenta la dra. Arrau.
La experta también advierte que si la mascota ya tiene alguna lesión o dolencia, en el verano el asunto podría agravarse. “Cualquier lesión o patología subyacente que tenga el animal se va a ver agravada con los parásitos externos. Estas lesiones pueden tener muchas causas, como ácaros (sarnas) que producen molestia en los animales por la picazón, lo que a su vez agrava el problema por el autotraumatismo en la piel. Siempre es importante consultar a un veterinario o dermatólogo veterinario al ver los síntomas”, concluye Sylvia Arrau, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.