Mejorar el rendimiento académico y laboral muchas veces puede ser posible implementando algunos cambios en el ambiente donde estudiamos, como la iluminación, la acústica, la temperatura, el mobiliario y el color. En este contexto no da lo mismo qué color escogemos en nuestros espacios predilectos orientados al estudio, ya que este puede influir directamente en el rendimiento y la concentración.
En el inicio de un nuevo año académico o laboral todos quieren rendir a mil. Es por ello que una especialista en diseño de la Universidad del Pacífico comparte algunas sugerencias para aprovechar el uso de ciertos colores que ayudan a crear espacios óptimos para estudiar y también para trabajar.“Estudios acerca de los efectos que producen los colores en el ser humano se han realizado múltiples, concluyendo que estos pueden estimular la actividad cerebral, beneficiando nuestro estado de ánimo e iniciativa de trabajo y comunicación. En tal sentido, prestar atención al color que se aplique a un espacio de trabajo o estudio puede llegar a tener un valor significativo para inducir el desarrollo de nuestras actividades”, señala la Directora de la Escuela de Diseño de Interiores de la Universidad del Pacífico, Carolina Montt.
La experta agrega que “numerosos investigadores han concluido que el color tiene consecuencias sobre el sistema nervioso, la musculatura y la presión sanguínea. Esto produce asociaciones en el cerebro que pueden crear efectos relajantes o estimulantes en las personas, los que son necesarios de considerar de acuerdo a los propósitos que incorporemos en un programa de diseño”.
La revista Sciencel publicó en 2009 un estudio de la Universidad de British Columbia en Vancouver, Canadá, de los investigadores Ravi Mehta y Rui Zhu, quienes realizaron una serie de experimentos para conocer cuáles son los colores que estimulan el rendimiento y la creatividad. Para este fin, reunieron a 600 personas que resolvieron seis test diferentes, como incluían resolver anagramas, memorizar listados de palabras, desarrollar ideas de juguetes, con imágenes y palabras en un computador con fondo azul, blanco y rojo, con el fin de evaluar los efectos del color sobre la realización de los ejercicios cognitivos.
La investigación tuvo importantes resultados. “Esta demostró que, en términos generales, las personas que estuvieron expuestas al color azul destacaron en el test de creatividad, mientras que las que estuvieron expuestas al color rojo obtuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria y atención. Los tonos azules inducen a descubrir nuevas posibilidades, estimulando el pensamiento creativo y la resolución de problemas, mientras que el rojo fomenta la atención en los detalles, lo que favorece la lectura comprensiva y la memoria, pues impulsa una actitud de detención y alerta. De esta forma, quienes estuvieron expuestos al color azul resolvieron los problemas planteados en menor tiempo que los que estuvieron expuestos al rojo, ya que estos últimos prestaron mayor atención a los test de detalle y memoria”, señala Carolina Montt.
Según los propios investigadores, estos resultados pueden tener un amplio rango de aplicaciones. “Por ejemplo, en el uso del color en oficinas y creación de campañas de publicidad, en instalaciones educativas, espacios de trabajo y estudio, en etiquetas de advertencia, entre otras”, comenta la docente.
Un color para cada fin
Es ampliamente conocido que el azul pertenece a la gama de los colores fríos y se asocia a la inteligencia, la prudencia y emociones profundas. “Es el color del infinito, la fidelidad, sabiduría y tranquilidad, mientras que el color rojo pertenece a la gama de los cálidos, es vital, dinamizador y ayuda a mantenernos con energía mientras realizamos alguna actividad”, indica la directora de la Escuela de Diseño de Interiores de la U. del Pacífico.
En tal sentido, se sugiere que en un lugar de estudio los espacios no sean de un solo color o monocromáticos. “Es necesario crear puntos de diferenciación de acuerdo al tipo de actividades que realicemos. De esta forma, en un solo espacio podremos realizar una serie de acciones, las que pueden distinguirse por color y colaborar así a sus propósitos”, plantea la especialista.
Pero, ¿cómo aplicar los colores para cumplir con mi objetivo? “Por ejemplo, se puede programar un espacio de descanso, de creatividad y de estudio en un mismo lugar o ambiente. Si se quiere crear un espacio dinamizador y potenciador de la creatividad, es preferible utilizar colores claros que son más estimulantes que los oscuros como el café y negro, aplicando adicionalmente los resultados obtenidos de los investigadores Ravi Mehta y Rui Zhu, es decir, utilizando la gama del azul”, finaliza Montt.