Compartimos totalmente el dolor de las familias sin vivienda y creemos que su situación requiere soluciones urgentes. Tanto el sector público, como instituciones de la sociedad civil y nosotros como gremio, estamos comprometidos para encontrar las soluciones.
Pero como gremio también hemos dicho permanentemente que las tomas no son la manera de enfrentar el drama que es el déficit habitacional y que afecta tan profundamente al país, y en particular a la Región de Valparaíso.
Es por ello que condenamos las tomas y todo tipo de acción violenta, y por ello también valoramos especialmente el reciente fallo de la Corte Suprema que ordena desalojarlas. Es, al mismo tiempo, una señal potente a favor del orden público y la seguridad, y un respaldo al derecho de propiedad, que es fundamental para nuestro estado de derecho y para la convivencia democrática.
También apoyamos a las autoridades que deben ejecutar esta medida, que sabemos es dolorosa, pero necesaria. Y pedimos comprensión a la comunidad, porque, lamentablemente, detrás de estas tomas muchas veces hay crimen organizado y verdaderas mafias, que ocupan por la fuerza, lotean y venden terrenos usurpados a sus legítimos propietarios y engañan a familias necesitadas.
Creemos que este esfuerzo, que nos convoca a todos, para ofrecer más y mejores viviendas y de calidad a los chilenos, debe realizarse en el marco de un clima de diálogo y orden social, evitando acciones alejadas del orden jurídico, como ocupaciones de terrenos, tomas ilegales o derechamente uso de la violencia
Además, esto es sumamente injusto para los miles de familias que, en nuestra región y a lo largo de todo el país, durante años se organizan, postulan y esperan hasta por más de una década por su casa propia
Como CChC nos hacemos cargo de esta realidad preocupante y tomamos la solución a la demanda por acceso a la vivienda como un pilar de nuestro trabajo gremial. Para ello hemos estado trabajando con el Minvu, con TECHO Chile y Déficit Cero, caracterizando el déficit a nivel regional, y en iniciativas concretas para hacer frente al problema del acceso a la vivienda de las familias. Ciertamente hay que avanzar más rápido para terminar con los campamentos.
Pero creemos que el diálogo y el trabajo colaborativo entre las personas afectadas, organizaciones, autoridades y el sector privado, son la base para abordar y resolver estos problemas con la urgencia que se necesita. Sabemos que es un camino largo y difícil, por eso es necesario trabajar en alianza. Y es en este sentido que como gremio estamos promoviendo dotar a los proyectos de viviendas, de un “Sello Social” que comprometa a todos los actores a hacer una tramitación de los mismos con un sentido de urgencia. No podemos seguir mirando para el lado.