Actualmente el deterioro sostenido de la salud mental de los chilenos está viviendo un segundo golpe con las nuevas medidas sanitarias ante el aumento de casos Covid19 a lo largo del país. Este es precisamente uno de los aspectos que más nos ha preocupado como especialistas del sueño, porque el estrés, la incertidumbre, angustia, ansiedad y depresión conducen la mayoría de las veces a trastornos del sueño que no son tratados adecuadamente y son normalizados sin conocer los posibles efectos que éstos pueden traer en la calidad de vida de las personas.
Esto genera un círculo vicioso, porque la mala calidad del sueño también acarrea trastornos ansiosos y no permite desarrollar las actividades diarias (como el teletrabajo, el cuidado de los niños o las labores del hogar) con la misma energía de siempre, lo que genera frustración y mayor nivel de estrés.
Esperamos que este proceso de transformación cultural hacia una mayor preocupación por la salud mental y la medicina del sueño nos lleven a ser una sociedad que tome mayor relevancia a este tipo de materias junto con una legislación que nos apoye en el proceso por educar y mejorar la cobertura de estos servicios a nivel nacional.