En la última página de la revista o del diario se ubica una de las secciones más buscadas: el horóscopo. En ese espacio, un astrólogo le asigna a cada uno de los doce signos zodiacales una predicción de lo que le va a pasar durante el día o la semana. La gente cree en ello y suele seguir sus recomendaciones. ¿Por qué creemos en el horóscopo?
Se acerca el nuevo año y las predicciones abundan por todos lados. Así, parece que el futuro puede estar escrito en la revista del kiosco más cercano. Un psicólogo y astrólogo explica por qué creemos en ello y cuál es la corriente actual.“Creemos en el horóscopo porque es una manera que tenemos los seres humanos de intentar poner orden en el caos. Es una forma de querer anticiparse a lo que viene y, en ocasiones, de querer controlarlo. Desde tiempos inmemoriales el hombre ha querido prever lo que va a suceder y para eso ha consultado a astrólogos”, explica Juan Carlos Saumont, psicólogo, astrólogo y docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.
La necesidad de saber qué va a pasar en un futuro ha acompañado al ser humano desde el principio de los tiempos y perdura hasta hoy. Aunque los científicos critican permanentemente el horóscopo, la gente continúa incólume comprando predicciones para el 2016. “La creencia en el horóscopo y predicciones se sustenta en una intuición ligada a una concepción mítica de la realidad, en la cual se ve el tiempo de una manera cíclica. Esto referido a los ciclos de la naturaleza (las estaciones del año) y cómo esos ciclos resuenan de manera simbólica en el ser humano (los signos del zodíaco)”, señala Saumont, quien también es académico del Diplomado en Psicología Transpersonal Psicodinámicas Florales y Astrológicas de la U. del Pacífico.
Cada vez es mayor la cantidad de gente que dice no creer en los signos zodiacales ni en las predicciones, argumentando que las descripciones son generales y no es posible que lo mismo le pase a tantas personas a la vez. En 1948, el psicólogo Bertram R. Forer hizo un experimento que concluyó que la mayoría de las personas aceptaba descripciones vagas (que frecuentemente aparecen en horóscopos) como personales y acertadas.
“El efecto Forer o falacia de validación personal es una suerte de sesgo cognitivo que plantea que las personas tienden a dar su aprobación a aquellas descripciones personológicas que supuestamente han sido realizadas para ellos, pero que de verdad sólo muestran detalles muy indeterminados que podrían ser aplicados a un gran número de personas. Esto puede suceder en relación al horóscopo de diarios y/o revistas que es más generalista, en donde las personas se identifican con los atributos de un signo solar que da descripciones de un gran número de personas, pero no da cuenta de la singularidad de un sujeto. Pero hoy en día hay una apuesta de astrología más profunda”, afirma el docente.
La nueva corriente: astrología psicológica
La astrología también ha evolucionado y hoy existe una nueva corriente que aborda el tema de una manera más profunda. “La apuesta actual es distinta del horóscopo de los diarios y las revistas, ya que se enfoca en cómo el hombre puede sintonizarse mejor con ciertos ciclos naturales o planetarios que están más allá de su control y de su dominio, ligándolo con una perspectiva más trascendente”, asegura el psicólogo y astrólogo Juan Carlos Saumont.
Según la astrología, el día, la hora y el año en que naciste puede influir en tu futuro, ya que el ser humano sería afectado por los ciclos de la naturaleza y el universo. “Desde una perspectiva mítica, todo lo que nace en un cierto momento contiene, como potencialidad, la energética de ese momento y por eso se han trazado desde tiempos remotos cartas astrales que permiten prever cómo el ser humano resuena con esos ciclos, que van más allá de su control, para poder sintonizar con ellos”, asegura el académico de la Universidad del Pacífico.
Más allá de predecir la influencia de los planetas o el futuro cercano, la astrología psicológica busca la mejor adaptación del ser humano a los ciclos naturales de universo. “La astrología actual, que es predominantemente psicológica, no pretende controlar o predecir lo que va a pasar, sino que está más centrada en una dimensión espiritual de la transformación del sujeto, quien está implicado en lo que sucede a nivel planetario de manera activa, en tanto seamos capaces de identificarnos psicológicamente con ciertas energéticas o bien rechazarlas. Ahí el sujeto no es un objeto del destino ni de los astros, sino que tiene una cierta libertad de elección y responsabilidad en sus propias construcciones”, desglosa el experto.
Por lo tanto, el cambio y la adaptación son procesos fundamentales para la astrología psicológica, la cual tiene un enfoque más profundo y privilegia una visión más individual. “A diferencia del horóscopo de los diarios o las revistas, la astrología psicológica (que trabaja con la carta natal) más que validar el que tú sigas siendo el mismo y/o controlar el futuro, busca acceder a ciertos puntos que permiten la transformación del sujeto a partir de ciertas experiencias que uno vive con los otros. Por lo tanto, este tipo actual de astrología requiere de una entrevista y de un trabajo psicoterapéutico con el consultante. El signo solar es sólo un factor entre otros, que no da cuenta por sí solo de todo lo que un sujeto es o no es capaz de expresar como potencialidad. Es por esto que se va requerir identificar otros elementos presentes en el mapa natal de una manera dialogada”, señala Saumont.
Así, el trabajo personalizado es clave. “El trabajar con el sujeto permite rastrear puntos de identificación y/o resistencia que sólo se pueden evaluar en una conversación, en donde el individuo se implica y no es un mero observador externo de los eventos que ‘le pasan’, como lo pensaría una perspectiva más determinista”, concluye Juan Carlos Saumont, Magíster en Psicología Clínica y docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.