Deslumbrar a su enamorado es el deseo de toda mujer, pero ¿cómo realzar nuestra figura y atractivo físico? Aunque se podría pensar que lo tradicional es el uso de prendas sensuales, provocativas y de colores llamativos como el rojo, la docente de la Escuela de Diseño de Vestuario y Textiles de la Universidad del Pacífico, Viviana Espinoza Zimmermann, indica que las mujeres tenemos la libertad para conformar nuestro estilo propio sin límites.
Si te estás preparando para una cita romántica o quieres encantar a ese nuevo amor de verano, uno de los elementos fundamentales es tu vestuario. La clave está en los colores y en usar la ropa adecuada según la forma de tu cuerpo.En ese sentido, la experta dice que hay que ser astutas en privilegiar ropa que realce nuestra figura y nuestra femineidad, cuidando ciertos aspectos desde el conocimiento de nuestro cuerpo. “Por ejemplo, si mis caderas son anchas, debo suavizar ese aspecto, sin cortar la figura con líneas horizontales en esa zona; más bien debo vestir el cuerpo en una sola línea de color y jugar con tapaditos que alarguen por debajo de las caderas, pudiendo recurrir a estampados pequeños que tengan un color dominante al del color total”, sugiere.
En el caso de ser muy delgada, indica que la mujer se puede permitir contrastar más los colores y recurrir a estampados grandes. “Debemos recordar que nuestro cuerpo se lee al igual que un libro y cuando yo hago cambios de color, esta lectura se detiene y hace más evidente al otro lo que está ahí”, explica.
Pero más allá de la vestimenta, la docente de la Universidad del Pacífico destaca la importancia que tiene la imagen que la mujer proyecta a la hora de querer hacer sentir a su pareja especial. “Una mujer erguida, alegre, entretenida, interesada en él -es decir, no mirando su whatsapp ni contestando el teléfono-, resulta encantadora y proyecta eso, en una especie de efecto espejo, como se denomina en psicología, por lo que el acompañante o enamorado se encanta porque da respuesta al efecto espejo, en donde se refracta como un hombre igualmente encantador”, concluye Espinoza.