La clave para tener una cabeza bien amoblada, desarrollar un pensamiento lógico, aprender a escuchar al otro y concluir dialécticamente en acuerdos, es saber hablar y debatir. Usar el arma de las palabras para expresar pensamientos y a partir de ellos construir acuerdos.
“El debate –escribía Hannah Arendt– constituye la esencia misma de la vida política”. Donde no hay debate público no hay libertad ni hay entendimiento racional: ese es su formidable valor.
Eso descubrió una alumna del Colegio Integrado San Pío X de Talca que cursaba cuarto medio el año pasado, cuando se integró al equipo de debate que participó en Jugao Constituyente. Fue en la segunda versión de estos torneos inter escolares telemáticos, una iniciativa de Hogar de Cristo y Fundación Alberto Hurtado, que surgió en 2020, en plena pandemia para que las clases remotas no fueran todas iguales y los estudiantes pudieran tener un mayor protagonismo en la construcción de los contenidos.
Joaquina, alumna de ese equipo, que resultó ganador el año 2021, se fascinó tanto con esta manera de estudiar y aprender, que decidió ingresar a Ciencias Políticas en la Universidad Católica, muy influida por este ejercicio. El impacto virtuoso y concreto del intercambio de ideas, con las que incluso no se está de acuerdo, porque esa es una de las lógicas de estos debates académicos: empatizar con la mirada y los puntos de vista del otro, contrasta fuertemente con los episodios de violencia que hemos visto en muchos colegios del país con ocasión de la vuelta a las clases presenciales.
Lo que vemos con una preocupación cercana al espanto son peleas a puños, con armas blancas e incluso de fuego entre alumnos, balaceras frente a establecimientos educacionales, advertencias de golpizas a profesores y directivos, o de “masacres” a la comunidad escolar completa, funas violentas en venganza a episodios de acoso y bullying entre compañeros de curso o alumnos de otros colegios. Ya no se trata de casos aislados ni restringidos a ciertos sectores territoriales o clases sociales.
En cifras, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, informó que el 30 por ciento de las denuncias recibidas este año por la Superintendencia se deben a situaciones relacionadas con peleas y conflictos entre estudiantes.
La violencia escolar campea y no se trata de un problema puntual, sino que es reflejo de lo que la sociedad, el vecindario, la familia, los medios, las redes sociales les muestran a los niños y adolescentes: la incapacidad de encarar y resolver los conflictos civilizadamente. Con ideas, expresadas en palabras, que son el reflejo de una azotea y una cocina bien amobladas. De una mente y un corazón nutridos con reflexión y valores.
Jugao puede ser una raya en el mar si pensamos en cómo solucionar un tema país y planetario tan complejo como la violencia, pero en los alumnos que participan de estos torneos deja una huella profunda sobre terreno abonado. Así pasó con Joaquina, que hoy, aunque estudia en Santiago, no pierde de vista al equipo del Colegio Integrado de Talca, apoyando a los estudiantes que en este Jugao 2022 debatirán sobre la perspectiva de género como base de una sociedad realista, lo que naturalmente tiene muy motivadas a las alumnas talquinas.
Invitamos a todas las comunidades escolares a blandir la herramienta más poderosa de todas, la palabra, y fomentar la convivencia a partir del diálogo y la belleza del pensamiento, inscribiéndose en Jugao.