El periodista y animador de televisión, Eduardo Fuentes, está viviendo una triste situación estos últimos días. Su mascota por diez años, el perro labrador llamado “Lucas Bart”, está muy delicado de salud y su fallecimiento podría producirse en cualquier momento.
El animador de TV Eduardo Fuentes está sufriendo por el inminente fallecimiento de su perro labrador Lucas Bart, que lo acompañó los últimos diez años. Una especialista explica cómo enfrentar esta triste situación.La muerte de un animal doméstico es muy triste y complicado, ya que muchas veces la mascota ha compartido con su dueño todos los momentos importantes y está insertado en la cotidianidad, muchas veces como un miembro más de la familia.
¿Cómo afecta a los dueños la muerte de la mascota? Según un estudio del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai (Estados Unidos), cuando se pierde al animal doméstico, en el 30% de los casos los dueños sienten dolor seis meses o más, y en un 12% de los casos la muerte de la mascota fue vivida como un evento severamente traumático en la vida de las personas.
“La muerte de un animal que ha vivido y compartido durante un tiempo con la familia es siempre doloroso para todos y difícil de superar. Muchas veces hay lazos muy fuertes entre perros, gatos y sus dueños. Hay animales que son y serán siempre importantes en nuestras vidas, que nos marcan con lindos recuerdos, experiencias compartidas y una pena grande cuando parten”, indica la docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico, Sylvia Arrau.
Por ello, la pérdida de una mascota puede dejar a sus dueños muy tristes, y si hay niños que han compartido con el animal, enfrentar una situación así es aún más complicado. “Cuando una mascota muere es conveniente asumir la triste realidad y cerrar el ciclo. Esto puede tomar poco o mucho tiempo, dependiendo de cada persona. Los niños suelen estar muy tristes frente a este evento y lo que se recomienda es explicarles que su mascota se fue y está en paz, que ya no sufre, que este gran compañero siempre estará en su vida. Decirles que lo acompañó durante un tiempo, pero que ya cumplió su labor en esta vida y debió partir”, recomienda la médico veterinaria.
“No existe un fórmula mágica para superar la pena y la sensación de vacío que se siente cuando un ser amado no humano se va para siempre de nuestro lado. Todo depende de muchos factores: cuán importante es el animal para esa persona, cuánto tiempo compartió con él o ella, etc. Si es un animal de asistencia, por ejemplo, el tema va más allá, o si es un perro lazarillo con mayor razón, ya que ahí la persona puede sentir que el mundo se le desarma”, advierte Arrau.
Muchos tratan de superar la pena por la muerte de una mascota, trayendo otra a la casa. La especialista asegura que puede ser una de las posibilidades, pero que se debe tener claro que es otra mascota y no se debe tener miedo a encariñarse nuevamente con un animal doméstico.
“Entendiendo que ninguna mascota es igual a otra, se puede adoptar un nuevo compañero que entregará nuevas y lindas experiencias. A veces se puede producir un rechazo a volver a tener un nuevo compañero por miedo a apegarse nuevamente y sufrir. Pero se recomienda insistir, porque siempre se puede volver a querer a otro ser. Siempre nos encantará nuevamente un nuevo perrito o gatito, ellos siempre nos ganan él corazón”, concluye Sylvia Arrau, la docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.