Proyecto arrasaría con más de 130 hectáreas de bosque nativo, flora y fauna del sector y comité de ministros decidió retrotraer. “Se debe tomar en cuenta que es un proyecto que no cumple con el estándar de aprobación… Este proyecto debió rechazarse”, dijo la parlamentaria.

La diputada Carolina Marzán se tomó con cautela el hecho de que el Comité de Ministros, a cargo de decidir qué pasaría con el proyecto inmobiliario Maratué de Puchuncaví, optara por retrotraer el procedimiento de evaluación ambiental.

Si bien la diputada por el distrito 6, Carolina Marzán celebró el que el proyecto no fuera aprobado, considera que éste debió ser rechazado.

“Por supuesto que celebro la decisión del comité de ministros de retrotraer el proyecto inmobiliario Maratué de Puchincaví, pero lo tomo con cautela, porque si bien da tiempo para establecer mejorías y definir estrategias para seguir luchando, considero que, habiendo reconocidas falencias en la evaluación, correspondía revertir la decisión, ya que las falencias responden tanto al titular del proyecto como a los servicios públicos involucrados. Pero al mismo tiempo se debe tomar en cuenta que es un proyecto que no cumple con el estándar de aprobación. Entonces, la pregunta que hago es: ¿Es una buena noticia? Si, porque da tiempo... Pero a mi juicio no es tan buena señal, porque este proyecto debió rechazarse”.

Cabe señalar, que el acantilado de Quirilluca, en la comuna de Puchuncaví es un verdadero oasis de biodiversidad inmerso en medio de una zona de sacrificio. Allí se alberga una cantidad indeterminada de especies nativas, del tipo vegetal como animal. De hecho, en el lugar es posible encontrar bosque nativo, especies en peligro de extinción e incluso, árboles del “Belloto del Norte”, especie protegida y declarada monumento nacional y, a pesar de ello, en la zona se pretende llevar a cabo un proyecto inmobiliario en donde se construirían más de 14 mil viviendas emplazadas en un área de más de mil hectáreas, pronosticando una inversión de más de dos mil millones de dólares. El desarrollo inmobiliario proyectado arrasaría con más de 130 hectáreas de bosque nativo, lo cual terminaría por destruir la flora y fauna nativa que aún existe en dicho sector.