A una hora y media de Santiago por la autopista del Sol y a una hora 15 minutos de Valparaíso por ruta 68, se llega a Las Salinas, sector rural de la comuna de Santo Domingo, donde viven las hermanas Julia y Andrea Abarca junto a su cuñada Alejandra Abarca.
Ellas son reconocidas artesanas textiles que forman la agrupación, ANJU (por las primeras sílabas de Andrea y Julia). Tradición heredada de sus abuelas, bisabuelas y tías, quienes eran hilanderas y tejedoras en la antigua hacienda Bucalemu:
“Ellas tejían paños, mantas de huaso y además lavaban y limpiaban la lana que después se usaba en colchones”, cuenta Julia.
Desde muy pequeñas aprendieron a lavar la lana, hilarla y teñirla con plantas nativas que dan diferentes tonos, como el quillay, el bollén y el quilo. El tejido en un principio, fue con rayos de bicicleta, luego tuvieron sus propios palillos, hasta llegar al trabajo en telar maría, telar de dos lisos y telar mapuche. Tradición que ellas han sabido mantener y con la que han construido una relación familiar y comercial basada en su amor por el tejido y en los saberes ancestrales que las unen en un estrecho lazo tan firme como sus propias piezas textiles.
Apoyo del Prodesal
Hace unos 20 años buscando cómo emprender y comenzar un negocio, se embarcaron en un proyecto de flores del convenio INDAP–Prodemu, pero su vocación fuer más fuerte y decidieron enmendar el rumbo y continuar con el oficio que conocían de niñas. Ingresaron al Programa de Desarrollo Local, Prodesal, de Santo Domingo (que se ejecuta entre INDAP y el municipio local) y de ahí en adelante se han visto beneficiadas con distintos proyectos de inversión. Entre ellos ruecas para hilar, telares (telar maría y telar de dos lisos), así como proyectos para mejorar la imagen comercial del producto, además de capacitación y asesorías que les han permitido tener una mayor producción y variedad en la confección de hermosas piezas textiles tales como pieceras, cubrecamas y ponchos.
Los tejidos de ANJU También han tenido una destacada participación en el proyecto social y comercial de INDAP y Tiendas Paris “Volver a Tejer” durante las campañas de 2017 y 2019.
Actualmente, comercializan sus tejidos en el Mercado Campesino de INDAP en Santo Domingo, que funciona todos los sábados de 10:00 a 14:00 hrs. en teniente Luis Cruz Martínez con Santa Teresa de Los Andes (frente a la municipalidad). También participan de ferias del rubro y en distintas exposiciones del Litoral Central, además de recibir clientes de Santiago y regiones que llegan hasta el punto de venta que tienen en el predio de una de ellas.
“Comenzamos a tener muchos pedidos de clientes y no dábamos abasto con todo lo que nos pedían. Hace unos 7 años le pedimos a la Ale (Alejandra Abarca), mi cuñada, que trabajara con nosotras, ella también tenía conocimientos heredados de sus ancestros, así que no hubo nada que enseñarle. Ahora trabajamos las tres juntas”.
Mantas
Una de las iniciativas que por estos días las tiene especialmente entusiasmadas es el proyecto que nació de una alianza estratégica entre INDAP Valparaíso y Fundación ONA para la creación de una colección de Mantas Chilenas. El objetivo: reactivar la tradición mantera, sus técnicas de tejido, diseño y usos. La fundación capacitó a un grupo de artesanas de Santo Domingo y La Ligua, entre ellas las integrantes de la agrupación ANJU, para la confección de estas prendas que rescatan el patrimonio cultural de Chile.
“Comenzamos a trabajar en una alianza productiva con Fundación ONA, justo vino la pandemia y las capacitaciones fueron online, fue difícil, pero nos esforzamos harto. La manta es tradicional de este sector, pero ahora con ONA estamos rescatando la tradición de la manta hecha a mano con diseño mapuche”, reconoce Andrea Abarca.
Macarena Peña, directora ejecutiva de Fundación ONA, precisa que
“Lo que estamos haciendo es revitalizar lo que es la manta chilena o la manta corralera o la manta huasa, se le llama de distintas maneras. Antiguamente se confeccionaba en Bucalemu y también en el sector Quebrada el Pobre de La Ligua. Este oficio está vinculado con la vida cotidiana de las propias artesanas. Lo interesante de estas mantas es la técnica mapuche de tejido que viene del telar mapuche y se adecua a un uso criollo que tiene que ver con la ganadería y el caballo. Se produce un sincretismo cultural, es totalmente mestizo”, asegura la profesional.
Alejandra Abarca explica que el tejido mapuche es rústico y tiene un diseño distinto que ya aprendieron a hacer en sus propios telares:
“Se va urdiendo y se cuentan los pares, se trabaja a mano hebra por hebra. Queremos aprovechar lo que Ona nos ha enseñado para aplicar esta técnica del tejido mapuche con peinecillo en otras piezas textiles como pieceras, chales y caminos de mesa”.
A través de esta alianza a fines del 2022 la agrupación se adjudicó un proyecto de INDAP que consistió en implementación para una sala de lavado y teñido de lanas, y en particular, Alejandra se adjudicó materiales para la construcción de un taller.
Herencia ancestral
“Para mí el apoyo de INDAP ha sido muy importante yo siento que nos tomaron en cuenta que confiaron en nosotras y que aprecian lo que hacemos. Cuando nos reconocen nuestro trabajo yo me alegro, porque a través nuestro también se reconoce a las abuelas y tías, todo lo que aprendimos viene de su valiosa herencia ancestral”, dice Julia Abarca.
Precisó la directora regional de INDAP, Daniela Soto
“Estamos apoyando a las artesanas textiles de la región con las herramientas necesarias para profesionalizar este oficio y para que trabajen en mejores condiciones. La comercialización de estas usuarias también ha sido una de nuestras preocupaciones, que además está entre los lineamientos estratégicos de la institución. Asimismo, a través de la alianza con Fundación Ona estamos rescatando saberes ancestrales y dando valor agregado a su producción textil.”