Un extraño movimiento fue el que dejó el pasado sismo de 6.4 grados que se percibió en la zona norte y central de nuestro país a las 20.48 horas del miércoles. Y es que fue comentario obligado el jueves por la mañana la forma ondulatoria del movimiento telúrico.
Así lo confirmó el sismólogo y docente del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica, Marco Cisternas.
“El sismo de anoche (miércoles) fue de los que ocurren comúnmente, que son los de subducción, que ocurren entre la Placa de Nazca y la Sudamericana. Usualmente este tipo de sismos son más grandes y generan tsunamis, pero en este caso fue más bien pequeño”, señaló el especialista.
El temblor tuvo su epicentro a 11 kilómetros al suroeste de Tongoy e hipocentro a 46 kilómetros de profundidad.
“En la zona central, como por ejemplo en Valparaíso, se sintió con un movimiento ondulatorio porque la ruptura no fue debajo de nosotros, sino que fue hacia el norte, cerca de Tongoy; de hecho yo también lo percibí de la misma manera”, señaló el sismólogo y docente PUCV, Marco Cisternas.
El académico agregó que
“Hay que recordar que son ondas y por ende van avanzando de distintas formas, igual que el sonido. Lo más probable es que en Tongoy o en la región de Coquimbo se haya percibido de distinta manera de lo que sentimos acá”.
Si bien los datos recogidos por el especialista en su laboratorio arrojaron que el sismo no reunía las condiciones para generar un tsunami,
“De igual manera este tipo de movimiento, cuando son de mayor envergadura, tienden a generar oleaje y tsunamis. En este caso no fue así, porque si bien fue un 6.4, no llegó a ser destructivo”, enfatizó.