Tomar líquidos ácidos como jugos de fruta, bebida y alcohol en vasos de vidrio de colores es perjudicial para la salud de las personas debido a los metales pesados que dan la tonalidad al vidrio al ser fabricado, estos son el cadmio, el plomo o cromo, los cuales pueden generar una reacción química en contacto con los bebestibles. Esto según estudios internacionales, como por ejemplo uno desarrollado por la Universidad de Plymouth, Inglaterra.
Mauricio Fuentealba, químico, académico e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien es especialista en cristalografía, disciplina que estudia los sólidos cristalinos, indica que—
Los metales pesados se pueden liberar paulatinamente cuando uno va tomando bebestibles muchas veces en el mismo vaso de color. Ahora, con el vidrio transparente esto no pasa, pero si con los coloridos porque tienen otros compuestos adheridos que pueden ser cadmio, plomo o cromo, todos estos se encuentran al medio de la tabla periódica y brindan tonalidad.
El proceso descrito es similar a lo que sucede con los plásticos, en especial con las botellas de agua mineral que, con el tiempo y uso, van emanando compuestos que quedan disueltos en el agua y que se sienten en el sabor.
En el caso de los vidrios de colores, la composición química que pigmenta el material no reacciona ante el agua, pero sí con el resto de los líquidos:
Muchas investigaciones dedicadas al análisis han probado que no hay problema si uno toma agua porque esos metales no se disuelven, pero si uno toma en tiempos prolongados bebidas más ácidas como jugo, alcohol, bebidas carbonatadas o gaseosas, uno puede abstraer este compuesto que es capaz de disolverse. El agua, en cambio, es neutra. Hay muchas investigaciones internacionales que avalan el análisis de concentraciones de estos metales en el vidrio coloreado”.
Fuentealba hace referencia al estudio “Heavy Metals in the Glass and Enamels of Consumer Container Bottles” (Metales pesados en vidrio y esmaltes de botellas de envases de consumo) de la Facultad de Geografía, Ciencias de la Tierra y Ambientales de la Universidad de Plymouth, Inglaterra (School of Geography, Earth and Environmental Sciences, University of Plymouth).
Para una persona adulta la ingesta pasiva no traería efectos visiblemente notorios, pero sí en otros casos.
Resulta muy difícil que estos metales generen un daño inmediato y directo en el cuerpo, el problema es que se pueden ir acumulando a través del tiempo. Las cantidades son muy pequeñas, por ende en algunas personas podría no manifestarse. Sin embargo, puede ser un problema en niños o mujeres embarazadas por la acumulación en el hígado y riñones.
El académico explica que antiguamente, en la década de los años 80, la fabricación de vidrio de colores e incluso las pinturas para fachadas contenían plomo, que si bien ya no se encuentran en los productos actuales, podrían estar presentes en piezas hechas con vidrio reciclado.