Como lo he venido diciendo desde que asumí la presidencia del Senado, sabemos que hay una crisis de confianza importante en la política y que la única forma de poder revertirla es con acciones concretas, no quedarse solamente en los anuncios y poder transformar las ideas en proyectos en materia de probidad y transparencia.
En la cuenta pública del 21 de julio señalé con claridad que la ciudadanía tiene mucho que decir; tiene opinión, siente desencanto, pero también tiene esperanza en Chile. Estamos en un período de reconfiguración de la relación de la ciudadanía con la política y los actores políticos debemos poner atención y oídos a lo que la comunidad nos quiere decir. Con apertura, acogida y transparencia podemos ayudar a reducir la distancia que las personas sienten en relación al parlamento.
Esta semana, en conjunto con el Presidente de la Cámara de Diputados, Marco Núñez, el senador Hernán Larraín y el diputado Patricio Vallespín, presentamos una serie de medidas legales y reglamentarias para el Congreso Nacional que van precisamente en la línea de la probidad y la transparencia.
Una de estas medidas es el proyecto que modifica la ley orgánica constitucional del congreso nacional. Esta iniciativa posee dos ejes fundamentales, el primero radica en un perfeccionamiento normativo, para lo cual la propuesta contempla precisar el impedimento que afecta a los parlamentarios para promover y votar determinados asuntos; prohibir en forma expresa el uso de información privilegiada; reforzar el deber de asistencia, agregando la aplicación de la sanción que establezca el reglamento por su incumplimiento injustificado, en el caso de sesiones de Sala, además de evitar que el impedimento altere el cómputo de los quórum y mayorías especiales.
También fija parámetros objetivos para la rendición anual de cuentas institucionales; prohíbe expresamente la contratación de familiares y personas jurídicas relacionadas con los parlamentarios o con funcionarios directivos del Congreso; crea nuevas reglas sobre publicidad en el caso de comisiones; profundiza la separación entre la función parlamentaria y el ejercicio del lobby o gestión de intereses particulares e incrementa las materias propias del Congreso Nacional comprendidas dentro de la obligación de transparencia activa.
El segundo eje lo constituye un perfeccionamiento orgánico y procesal mediante una sistematización de las normas sobre probidad y transparencia en un título especial de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional; el robustecimiento de las Comisiones de Ética y Transparencia; la creación de la Dirección de Ética y Transparencia Parlamentaria, como órgano de trabajo común al Senado y la Cámara de Diputados, y el establecimiento con carácter permanente el Grupo Bicameral de Transparencia, con la denominación de Comisión Bicameral de Transparencia.
No obstante a lo anterior, hemos comenzado a trabajar en otras temáticas de orden administrativas inmediatas a fin de cumplir nuestros compromisos que aseguren a la ciudadanía y al país que el Congreso tiene un estricto régimen y altas exigencias para el desarrollo de su actividad.
En este sentido, el 3 de septiembre va a empezar a funcionar el consejo de modernización legislativa. Va a estar integrado por diez personas, abogados, juristas de reconocido prestigio, personas con experiencia en participación ciudadana, los que tendrán tres meses para emitir una propuesta de modernización legislativa.
Otra medida que va en la línea de la transparencia es el acceso desde esta semana a los audios de todas las sesiones de comisión del Senado a través de la página web, al igual que en la Cámara de Diputados. Ya no hay que esperar que el informe llegue a la sala para conocer todas las opiniones de los parlamentarios y de los invitados que asisten a las comisiones.
Estamos dando pasos importantes para avanzar en este tema, aunque estamos conscientes que aun falta mucho trabajo por hacer y tomará mucho tiempo antes que la ciudadanía vuelva a recuperar la confianza en las instituciones y el parlamento, pero tengo la convicción que si somos parte del problema, tenemos que ser parte de la solución, porque los problemas de la democracia se solucionan con más y mejor democracia.