José Francisco Yuraszeck

El 19 de octubre de este 2024 el Hogar de Cristo cumple 80 años. Hace 5 estábamos reunidos en una celebración festiva, y habíamos terminado recién de pintar un gran mural, cuando nos dimos cuenta que Santiago comenzaba a arder por los cuatro costados. Se sumarían luego otras ciudades. Lo que nos ha tocado vivir estos últimos años ha sido vertiginoso. Tras el estallido social vino la 'pandemia', y luego una delicada crisis económica con una alta inflación y un frenazo. En este nuevo aniversario es justo y necesario agradecer y al mismo tiempo levantar la mirada, más allá del tiempo más reciente.

En 1944, la esperanza de vida al nacer en nuestro país bordeaba los 50 años, ¡hoy supera los 80!  Las instituciones del Estado apenas existían entonces. Las ciudades se veían desbordadas por la migración desde el campo y también desde las salitreras caídas en desgracia. Miles de personas vivían en las calles, o en infestos conventillos. No había salud ni educación al alcance de todos. Ocho décadas después tenemos razones para estar orgullosos. Tenemos en variados campos políticas públicas robustas, también hay virtuosas alianzas público privadas. Y, por cierto, tenemos nuevos dolores y complejidades que demandan respuestas ágiles, informadas y que generen autonomía y capacidades en las personas.

¿A quién tenemos que agradecer en este aniversario?

En primer lugar al equipo del Hogar de Cristo, en este momento cerca de 2800 trabajadores. ¡Infinitas gracias por su dedicación abnegada de servicio amoroso y profesional! También a más de 2 mil estudiantes que cada año hacen su práctica profesional con nosotros. ¡Gracias por confiar en el Hogar para formarse, empapándose del espíritu hurtadiano que nos caracteriza! Por supuesto que a las más de 70 mil personas voluntarias que con distintos niveles de intensidad dedican su tiempo y talentos a acompañar, escuchar, entretener, a quienes participan en nuestros programas. ¡Gracias!

Sin duda, a todas las empresas y organismos del Estado con quienes colaboramos de muy distintas formas, y a nuestras propias empresas sociales, la Funeraria del Hogar de Cristo y el Fondo Esperanza, que amplían el impacto de nuestra misión y nos ayudan a sostenerla. También a los cerca de 400 mil socios que con sus aportes mes a mes sostienen nuestra misión. Este gran equipo nos permite atender cada año a más de 43 mil personas, promoviendo trayectorias de inclusión.

¿Cómo lo vamos a celebrar?

De múltiples maneras a lo largo y ancho de Chile. Pintaremos en distintas ciudades y sedes del Hogar de Cristo, 80 murales. También daremos a conocer un libro que muestra los avances en Chile en estas 8 décadas de existencia del Hogar, no tan centrados en lo que hemos hecho, sino en los dolores que hemos querido atender y aliviar, y como estos dolores y necesidades han ido cambiando, a la par con el crecimiento y desarrollo de Chile.

La voz de los 80, de estos 80 años del Hogar de Cristo, debiera ser escuchada y amplificada, para transformar nuestra sociedad, nuestras instituciones, y hacer que podamos reconocer en nuestro país la copia feliz del Edén, como dice nuestro himno patrio y anhelaba el padre Hurtado. Así lo expresa en la introducción de su libro Humanismo Social, tan vigente hoy como entonces.

Pocas personas quedan vivas entre quienes conocieron al padre Hurtado, que murió de cáncer a los 51 años. Su fecunda vida, su alegre testimonio de fe y esperanza, es un legado que nos sigue inspirando en nuestra labor por superar la pobreza y la exclusión. Desde un encuentro que transformó vidas, se han sucedido millones de encuentros que construyen vínculos, reconstituyen el tejido social, y permiten sostener a los más vulnerables entre nosotros.

¡Feliz cumpleaños y larga vida al Hogar de Cristo!