Es bastante conocido la polémica entre estas dos entidades que ofrecen servicios de transporte a pasajeros y la pregunta recurrente es ¿cuál es mejor?
La verdad es que no se trata de desentrañar cuál es mejor, sino cual ofrece mejor servicio. Lamentablemente el transporte de pasajeros por taxis o colectivos, se ha visto empañado en los últimos años por su dudosa reputación en varios frentes de sus servicios.
Se expresa que los conductores son profesionales. ¿Es un conductor profesional por tan solo tener una licencia que lo acredita legalmente? La respuesta es No.
¿Es un servicio de calidad profesional siendo que se comenta socialmente que hasta intercambian entre ellos repuestos como neumáticos y convertidores catalíticos entre otros, para aprobar la revisión técnica? Fácil la repuesta. ¿Es un conductor profesional, el que se desplaza por Uno Norte en Viña del Mar a más de 90 km/hora con el vehículo lleno de pasajeros y más encina cambiando de pista continuamente? ¿Son profesionales del volante quienes conversan por celular mientras transportan pasajeros y a altas velocidades? ¿Es un conductos profesional de buses, quienes van detrás de los vehículos particulares encendiéndole las luces a una distancia menor de 1.5 metros y exigiendo que se apure?
Es conocido y de opinión publica que los choferes de buses que se desplazan entre Peñablanca y Playa Ancha en la V región, son definidos como “verdaderos asesinos del volante”. Es conocido que en la Región de Valparaíso, los choferes de buses, son los que manejan más mal en todo Chile. ¿Dónde está carabineros que no fiscaliza este tipo conductas?
A opinión personal, creo que muchos vehículos particulares utilizados en Uber están en mejores condiciones técnicas que los vehículos de locomoción colectiva, no lo digo por todos, sino por la gran mayoría. El cliente puede saber el nombre de su conductor, patente del vehículo y un servicio más eficiente.
Por otra parte cada noche Uber informa a sus conductores cuantas frenadas y aceleraciones bruscas tuvieron, lo que permite un control sobre ellos. Además tanto el conductor como el cliente pueden evaluar el servicio con “estrellitas” por lo que el cliente puede expresar una situación anómala y el conductor también.
En Uber se puede informar por mapa una zona peligrosa para recibir clientes, lo que demuestra una mayor preocupación por las personas que trabajan en este sistema. Por último, es conocido que en el rubro de los taxis el taxímetro puede ser alterado, en Uber la tarifa se entrega previamente al servicio y la cobra Uber, no el conductor.
Ustedes como usuarios tienen la última palabra.