El informe anual sobre el Panorama de la Educación OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) deja a Chile y a los chilenos muy mal parados.
Nuevamente sacamos el peor puntaje y queda en evidencia que el 44% de los chilenos no tienen las competencias básicas en comprensión lectora ni en matemáticas, lo que es muy preocupante. ¿Cómo podemos aspirar a salir del subdesarrollo si no estamos preparados para trabajos más complejos que involucran comprender adecuadamente instrucciones y la resolución de problemas?
Con asombro escucho una entrevista del Ministro Cataldo en la radio y las justificaciones que intenta entregar agravan la falta: crítica al instrumento de medición, “comparación con países que están en un proceso de desarrollo mucho más avanzado…”, “que sólo bajamos 5 puntos a diferencia de otros países que bajaron más…”. ¿Acaso podríamos llegar a estar más bajo de donde estamos?.
Estos argumentos son un verdadero insulto a las expectativas de nuestros niños, jóvenes y adolescentes. Estamos hipotecando su futuro de manera definitiva, ya que no podrán optar a mejores trabajos si no fueron preparados adecuadamente durante los 12 o 14 años de la educación básica y media. Claramente para enfrentar la situación lo primero es reconocer que tenemos un problema, luego identificar lo que estamos haciendo mal y luego enfocarnos en la solución.
Pero si no reconocemos abiertamente, que el problema es nuestro y no de los demás entonces estamos mal.
No se observa autocrítica por ninguna parte. Es cierto que los problemas estructurales del sistema educativo chileno, con mala paga a los profesores de la educación pública, con mala infraestructura y con exceso de alumnos en las salas fomenta la desigualdad y es obvio que los más afectados siempre serán los sectores más desfavorecidos. También es obvio que ninguna solución ni inversión será suficiente para mejorar los resultados en el mediano plazo.
Sólo a modo de ejemplo, los alumnos de los octavos básicos están atrasados en 12 años en matemáticas!
Eso es un escándalo y deberíamos estar todos preocupados de eso. Una forma de poder mejorar rápidamente la comprensión lectora es invirtiendo en libros, un buen ejemplo es Perú y Argentina, donde abundan las editoriales, los libros son baratos y todo el mundo lee. Da lo mismo qué leer, aunque sea Condorito, pero hay que incentivar la lectura.
Lo mismo acontece en cálculo, si no ejercitamos el cálculo, jamás obtendremos buenos resultados en matemáticas. Todo esto tiene que ver con la diciplina, pero es fundamental que exista motivación.
¿Cómo combatir la adicción a la dopamina que los juegos de consolas y móviles que mantienen a muchos de nuestros jóvenes y adultos embobados en esas actividades que generan placer inmediato, sin mayor esfuerzo?
Creo que pensar que existen fórmulas mágicas para la solución de este complejo problema sería una ilusión. Sin embargo, hay que pensar y buscar buenas ideas y de ahí encaminarnos a una solución más definitiva. Siempre se pone de ejemplo a países como Finlandia.
Pues bien, ellos hacen leer mucho a sus alumnos. ¿Pero qué les hacen leer? cuentos tradicionales. Bastante simple.
Creo, mirando lo que se está haciendo, por ejemplo, en países como Perú o España, que una herramienta potente, de bajo costo y entretenida para empezar a desarrollar y fortaleces las habilidades cognitivas de nuestros niños y jóvenes es el ajedrez, que ha sido llamado por muchos investigadores “el gimnasio de la mente”.
El ajedrez permite ejercitar la memoria, aumentar la concentración, desarrollar el pensamiento lógico, la imaginación y la creatividad, fortalece la toma de decisiones, incrementa la paciencia, desarrolla la intuición y resolución de problemas. Pero no sólo eso, el ajedrez es también un medio de acercamiento social. ¿Imagina usted que todos nuestros niños y jóvenes comiencen a partir de los 6 o 7 años de edad a aprender a jugar ajedrez? Evidentemente que mejoraríamos en lenguaje y en cálculo.
En Rusia, Armenia y Perú el ajedrez es una asignatura obligatoria en los colegios. Para que logremos una utilización eficiente de esta super herramienta el Estado y los municipios deben invertir y fomentar en ajedrez. Así de simple. Lo que se necesitaría es contar con instructores bien preparados, un ambiente educativo adaptado al alumno (si es primavera, jugar ajedrez en el patio, por ejemplo), horarios flexibles y deberes solo en clases, dejar espacio a la autonomía, autoconfianza y a la autodisciplina.
En síntesis, el ajedrez, además de constituir una herramienta pedagógica que puede tratarse de forma transversal con otras asignaturas, es una herramienta emocional contra la frustración, lo que generará ambientes más saludables al interior de los colegios. Ya lo decía Alfonso X “El Sabio”, “el ajedrez fomenta la tolerancia en el reino, entre moros, cristianos y judíos”.
Entonces, ¿Qué estamos esperando? Comencemos ya a ejercitar a nuestros niños y jóvenes en ese gimnasio de la mente que es el ajedrez. Y mientras el Estado se decide por qué es lo que se debe hacer, comencemos ya. Recomiendo preguntar por talleres de ajedrez en los colegios. También preguntar en una academia de ajedrez ubicada en Viña del Mar llamada Chess Viña. Los niños se lo agradecerán y es probable que en unos 5 años más los resultados el Informe educativo de la OCDE Chile de una sorpresa y todos estemos celebrando.