Salían mirando sus pantallas a caminar largas distancias con el objetivo de capturar pokemones. Aunque suene de ciencia ficción, la euforia por Pokemon Go fue sin duda lo más sorprendente del año. La aplicación móvil, que logró más de 500 millones de descargas a nivel global, demostró que en la realidad aumentada puede estar el futuro.
La explosión de los lentes de realidad virtual, las múltiples aplicaciones móviles y el fracaso de Samsung S7, son sólo algunos de los hechos del área digital y tecnológica que nos dejó el 2016. Un experto hace un pequeño resumen de lo más importante del año.“Por lejos la aplicación del año fue Pokemon Go. La descarga de la aplicación en sí y su uso fue un éxito rotundo. Además, da pie para más aplicaciones con Realidad Aumentada”, explica el director de la Escuela de Comunicación Digital y Multimedia de la Universidad del Pacífico, Guillermo Bustamante.
Pero, a las pocas semanas de su lanzamiento y su éxito, Pokemon Go experimentó una gran caída de usuarios activos y ya es muy difícil encontrar a fanáticos buscando las criaturas virtuales en las calles de Chile. ¿Por qué ocurrió eso?
“Es cierto que ha tenido una baja en el número de usuarios, pero tiene que ver con otros factores, en este caso puntual el tipo de pokemon que aparecía, que se repetía constantemente, y la monotonía de la historia del juego fueron algunos de los factores que incidieron en que los usuarios dejaran de jugar Pokemon Go”, apunta el experto.
Por otro lado, si la realidad aumentada tuvo un gran aventón con Pokemon Go, la realidad virtual se consolidó este 2016. Los lentes de realidad virtual fueron uno de los regalos más pedidos (y vendidos) en esta Navidad, por lo que es un área que se espera que se desarrolle aún más en 2017.
“La masificación de los lentes de realidad virtual es el primer paso. Ahora que son usados y adoptados por los usuarios es el momento de sacarles partido. Acá hay puntos importantes, sobre cómo las marcas se hacen cargo de esto y cómo desde la industria de producción se puede satisfacer esta demanda con propuestas novedosas que vinculen más al público. Creo que ése es el desafío del 2017”, señala Bustamante.
¿La decepción del 2016? El modelo Samsung Galaxy Note 7 incendiándose. La compañía debió retirarlos del mercado y las aerolíneas prohibieron a los pasajeros subir con ese equipo al avión. Las pérdidas monetarias son millonarias, pero hubo más consecuencias.
“Acá hay un punto importante y es la reputación de las marcas que con este tipo de impases se ve afectada. Cuánto las afecta y cuáles son las reales implicancias es algo que se puede dimensionar solo en algunos casos, porque hay personas que no cambian el teléfono, porque son verdaderos fanáticos de la marca. Para el resto de los usuarios es una oportunidad porque, habitualmente, después de este tipo de crisis las marcas sorprenden con nuevos modelos, así que siempre hay que esperar algo nuevo de parte de Samsung”, apuntó el académico de la U. del Pacífico.
Otro de los dolores de cabeza que sacudieron el área tecnológica el año recién pasado fueron los ataques cibernéticos. Yahoo informó que en 2013 sufrió un asalto informático, donde fueron robados mil millones de datos de usuarios de todo el mundo. Según Kaspersky, el 2016 fue el año en el cual se detectaron más amenazas cibernéticas, ya que hubo 758 millones de ataques maliciosos online. Además, el año será recordado como el de la revolución del ransomware, un tipo de programa informático malintencionado que restringe el acceso a determinadas partes o archivos del sistema infectado, para luego solicitar un rescate a cambio de quitar esa restricción.
“Lo principal es que hay tener más cultura digital. Lo que pasa con el robo de información y con la vulnerabilidad de nuestros equipos es precisamente porque no tenemos conciencia de lo que hacemos. Somos muy crédulos y en estas fechas, además, las redes sociales se llenan de perfiles falsos que prometen regalos a cambio de pinchar en algunos enlaces, con lo que nos exponemos a ser víctimas de ataques. Siempre recomiendo chequear y rechequear la información que recibimos y tener nuestros antivirus muy actualizados para evitar pérdidas o robos de información”, indica el especialista.
A nivel nacional, la regulación de los alcances de la tecnología digital entró en debate al producirse la fuerte pelea entre taxis tradicionales de techo amarillo y las aplicaciones como Uber.
“Produjo todo un revuelo y la discusión que se genera en torno a ese fenómeno también fue importante. Por un lado, teníamos a personas que tenían una problemática y una aplicación que la solucionó: mucho tiempo de espera y poca claridad en el cobro fue algo que Uber transparentó. Por otro, a un gremio, taxistas, que consideró que se vulneraban sus derechos y que el uso de Uber era ilegal. Creo que acá hay que sacar lecciones y una de ellas es que las aplicaciones que se masifican son precisamente las que solucionan problemas reales de las personas, algo que no todos tienen muy claro al momento de plantear una solución digital”, concluyó Guillermo Bustamante, director de la Escuela de Comunicación Digital y Multimedia de la Universidad del Pacífico.