Con una dura crítica reiteró la diputada Andrea Molina el deficiente accionar del gobierno en cuanto a la implementación del anteproyecto de la norma de calidad primaria para dióxido de azufre, considerando que ésta entraría en vigencia recién el año 2020 y que a mayor abundamiento su primera fiscalización se realizaría el año 2023.
“Criticamos la falta de cumplimiento de plazos para la implementación de este anteproyecto, y ahora que lo tenemos vemos que es verdaderamente deficiente. No puede ser que tengamos que esperar 5 años para que entre en vigencia la norma primaria de calidad de aire para SO2, como concentración anual, de 24 horas y de 1 hora y que recién 3 años después de eso podamos cerciorarnos de que se esté cumpliendo. Son 7 años de espera y de riesgos para la salud de las personas”, sentenció la parlamentaria gremialista.
Agregó además que en la actualidad, en la zona de Quintero y Puchuncaví, los niveles de este elemento superan en más de un 300% lo recomendado por el Servicio de Salud y lo permitido a nivel internacional. “Vimos que aquí en Quintero se registró el pasado 4 de junio una cifra de más de 1600 microgramos por metro cúbico promedio en una hora. Cuando esto se vuelva a repetir, ¿qué le vamos a decir a las personas afectadas?. Si la norma de termoeléctricas ya está en plena vigencia desde el 23 de Junio de 2015 y la norma de Fundiciones se está implementando, ¿qué estamos esperando?. Exijo que este gobierno responda, ¿qué es prioritario?, ¿proteger la salud o esperar que las fundiciones implementen sus inversiones el 2018?”.
Por otra parte, la legisladora denunció diversas inconsistencias en el Análisis General de Impacto Económico y Social (AGIES) realizado para implementar dicha norma, en particular, un error de excedencias en la evaluación de los escenarios realizados bajo criterios de cumplimiento de un 99,73% para un período de un año versus la decisión en base a un criterio de cumplimiento de 99% para un período de tres años.
Finalmente, Molina fue enfática en señalar que “la norma internacional de Estados Unidos obliga a un tope de 200 microgramos por metro cúbico en una hora, el de Europa es de 350 en una hora y vemos que aquí se pretende poner un tope de 500, casi el doble de las anteriormente mencionadas. Seguimos beneficiando a las empresas por sobre la salud de las personas”.
“Este gobierno está jugando con las expectativas de muchas personas que necesitan de un marco regulatorio para proteger su salud como corresponde y en un plazo inmediato. Estamos cansados de que se trabaje de forma deficiente, exigimos la implementación de una norma adecuada ahora”, concluyó.