“Como equipo de kinesiólogos hemos estado muy comprometidos desde el inicio de la Pandemia.”

Desde el inicio de la Pandemia, un actor clave en el equipo de salud de la Unidad de Paciente Crítico (UPC) del Hospital de Quilpué es el profesional de kinesiología, cuya principal labor es resguardar la función respiratoria y el manejo de la vía aérea de los pacientes críticos de COVID19.

Para garantizar que los pacientes cuenten con este apoyo profesional el Hospital cuenta desde hace un par de semanas con Cuarto Turno de Kinesiología en la UPC, de tal manera de realizar el seguimiento kinésico día y noche, incidiendo directamente en la mejoría de los pacientes.

Felipe Poblete Vega es uno de los kinesiólogos que lucha en cada turno, para cumplir con una de las labores cruciales en el manejo del paciente que presenta una falla respiratoria a causa del COVID19. “Nuestra principal labor en la pandemia tiene relación con la función respiratoria y el manejo de a la vía aérea de los pacientes”, expresó el profesional quien compartió las principales labores que desempeña el equipo de kinesiología que se encuentra en la primera línea de atención.

“Como equipo de kinesiólogos hemos estado muy comprometidos desde el inicio de la Pandemia. Creo que ninguno de nosotros imaginamos un escenario como el que estamos viviendo actualmente. Ha sido bastante duro, hemos tenido días muy agotadores, no sólo desde el punto de vista físico sino también emocional, porque además de la carga laboral, tenemos la preocupación por nuestras familias y el temor a contagiarlos. No obstante el compromiso desde el primer día está intacto”, expresó.

Las estrategias más utilizadas

Una de las premisas del equipo UPC es lograr que el paciente no tenga que ser intubado. Para ello, se han elaborado estrategias de muy buenas respuestas a nivel mundial, las que se han aplicado en muchos hospitales de Chile y son las mismas que se utilizan en el Hospital de Quilpué para mejorar la función respiratoria.

“Son tres estrategias. El aporte de oxígeno de alto flujo y de alta concentración a través de dispositivos de cánulas nasales. Esto permite que el paciente tenga una oxigenación mayor a la tradicional y con alto flujo, lo que va permitir satisfacer las necesidades respiratorias que tiene el paciente y disminuir la disnea o el apremio respiratorio”.

El kinesiólogo Felipe Poblete cuenta que también se han diseñado dispositivos de mascarillas que generan una presión positiva continua en la vía aérea, sin necesidad de ventilador mecánico. “La otra estrategia que ha tenido muy buenos resultados es la posición prono vigil (boca abajo) en donde el paciente logra colaborar en el cambio de posición. Esta técnica permite el reclutamiento pulmonar, es decir, ventilar zonas del pulmón que estaban colapsadas producto del cuadro inflamatorio”, especificó.

En ventilación mecánica

Cuando el paciente no evoluciona en forma favorable con estas técnicas, o bien llega de la Unidad de Emergencia con una falla respiratoria severa, debe conectarse a un ventilador mecánico. Aquí los kinesiólogos también juegan una labor muy importante pues participan en forma activa en el procedimiento de intubación y además preparan y configuran los parámetros en el ventilador mecánico de acuerdo a cada paciente. “Tenemos que hacer una monitorización constante lo que nos va permitir tener una ventilación que sea lo más protectora posible, que no genere daños al pulmón y que sea segura para el paciente. Requiere harto conocimiento, harta experiencia para poder realizar una configuración que sea adecuada” expresó Felipe Poblete.

“Cuando el paciente está en ventilación mecánica nos preocupamos más que nada de la permeabilización de la vía aérea, del manejo de secreciones a través de técnicas kinésicas que son ejercicios que hacemos con nuestras manos sobre la parrilla costal del paciente, haciendo compresiones, vibraciones, movilizaciones, redistribución de flujo, esto va permitir que las secreciones se movilicen, para aspirarlas de manera efectiva, logrando la permeabilización de la vía aérea” graficó el kinesiólogo de la UPC.

Cuando el paciente ha evolucionado bien, los kinesiólogos participan en la desconexión del ventilador. Este procedimiento requiere supervisión kinésica para determinar si el paciente puede respirar por sus propios medios y si puede presentar alguna complicación. Con muchas pruebas de ventilación se determina si está en condiciones de extubarse.

“Hay otra labor que hacemos que tiene que ver con la función músculoesquética. Dedicamos parte de nuestra terapia a la movilidad musculo esquelética, movilidad articular, movilización pasiva, elongación muscular, estiramiento, posicionamiento, para que cuando el paciente logre salir de su estado crítico esté mejor preparado para enfrentar una rehabilitación motora. En el escenario actual de pandemia no se alcanza a completar nuestra terapia de rehabilitación motora en la UCI, por lo que esta función continúa con kinesiólogos de las salas de hospitalizados u Hospitalización Domiciliaria” expresó.

Trabajo en equipo

El kinesiólogo Vicente Fernández Robles, trabaja en la UCI-B del Hospital de Quilpué, un área que se habilitó para atender a pacientes COVID y en donde se llevan a cabo extenuantes jornadas de atención a pacientes que presentan fallas respiratorias. Según relata el profesional, se viven a diario jornadas de mucho optimismo pero también otras en que se retrocede con los tratamientos.

“Hay veces que lo que se gana en un día se pierde en el otro. Muchas veces estamos en ese vaivén de mejoría. Es difícil, porque la recuperación es lenta en muchos pacientes. Lo importante es estar ahí, siempre atento a todo, y no descuidarse en ningún momento. Ya sea en el manejo del proceso de ventilación mecánica, apoyando al médico en los procedimientos que implique la vía aérea, sin perder de vista la funcionalidad motora del paciente”, expresó. Para Vicente Fernández, el trabajo en equipo es fundamental. “Todos contribuimos para que el paciente logre salir adelante. Médicos, profesionales de enfermería, paramédicos, personal de aseo, todos ponemos nuestro trabajo y compromiso. Es un trabajo arduo y difícil tratar de que el paciente pueda respirar… esa es nuestra lucha diaria”.

Finalmente, Mirna Pérez Ojeda, encargada de kinesióloga de Atención Cerrada, expresó que los kinesiólogos del Hospital de Quilpué cuentan con una vasta preparación para llevar a cabo cada una de estas funciones y que junto a todo el equipo de salud, han podido mejorar la función pulmonar de muchos pacientes durante la batalla contra la enfermedad.