Jefe de la Coordinadora Nacional de Trasplante hizo un llamado a respetar la voluntad de los pacientes que tras su fallecimiento, se convierten en donantes.

En el marco del Día Nacional del Trasplante, en recuerdo del primer trasplante renal que se realizó en nuestro país, en 1966, el Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQ celebró esta importante fecha con el testimonio de tres pacientes trasplantados este año.

“Mi perspectiva era el día a día y más allá yo no me podía presupuestar más, pero ahora tengo la posibilidad, gracias a Dios, que soy bendecido, tengo la posibilidad de poder mirar más allá, al futuro.

Tener una perspectiva de vida mayor. Así lo cuenta Luis Leins, de Quilpué, quien recibió un riñón en septiembre de este año y recuerda claramente el día de la llamada que le cambió la vida:

“Mi papá, siempre llamaban los spam y cortaba, y dice, ‘oye a las 2 y media me están llamando por spam’, y seguía con la duda y dice voy a contestar. Dicho y hecho , contesta mi papá y le dicen que lo están llamando del Hospital Dr. Gustavo Fricke y que yo me tenía que presentar el martes en la mañana, a las 6 y media de la mañana para la posibilidad de un trasplante”.

Compromiso con el trasplante

Luis es uno de los 17 trasplantados, 10 de riñón y 7 de corazón, que se registraron en el establecimiento tras el retorno de las condiciones sanitarias, pero que sólo puede aumentar su tasa de trasplante con el compromiso de las familias de donantes. Tal como lo afirma la Dra. Tatiana Aldunate, Subdirectora Médica del Hospital Dr. Gustavo Fricke,

“El grupo de pacientes que hoy día participó es la puntita de un iceberg, de muchos pacientes que están esperando vivir tan bien como ellos están viviendo. Y para eso necesitamos una familia, o muchas familias que en un momento doloroso como es la pérdida de un familiar, tengan el altruismo necesario para poder entregar vida”.

En ese sentido, el Dr. Rodrigo Wolff, Coordinador de la Coordinadora nacional de donación, procuramiento y trasplante de órganos y tejidos, que celebró el Día Nacional del Trasplante en el Hospital viñamarino, fue enfático:

“Celebramos que se haya hecho el primer trasplante en Chile el año 66, esto fue hace ya muchos años y en el fondo, nos habla de que Chile es un país que partió muy precozmente en la donación y el trasplante en el mundo. Sin embargo, nos hemos quedado todavía con una baja tasa de donación y eso significa que tenemos una menor proporción de donantes, lo cual no nos permite llegar a todas las personas que lo necesitan”.

“Es vivir, eso es otra vida”

Para Luis,

“Uno está así como colgando en el abismo y la posibilidad de tener un riñón, u otro órgano, de otra persona que lo done con cariño, con amor y hasta con dolor. Porque están viendo que otra persona fallece para darme vida a mí. Hay que incentivar la posibilidad de que otras personas como yo, que han salido trasplantadas tengan la posibilidad de vivir. Sí, es vivir, eso es otra vida”.

Finalmente, no tiene más que agradecimiento para la familia de su donante:

“Yo siempre me puse en el lugar de la persona donante, del que me donó el órgano, de los familiares, a lo mejor están tristes, a lo mejor están en otra, pero yo en este momento soy parte de su familia, aunque ellos no me conozcan, yo tampoco, pero le doy gracias a Dios que tengo aparte de mi familia, tengo otra familia, porque para ellos ahora debe estar el recuerdo.

También compartió su testimonio Rodrigo Quezada, iquiqueño de 48 años:

“Yo empecé a enfermarme en mi trabajo. Igual tenía que moverme y me empezaba a sentir ahogado, pensé que era asma y fui a ver un médico y ahí me dijo tú tienes el corazón muy grande. Y ahí empecé a ver cardiólogo y el cardiólogo me vio mal un día,con el cuerpo hinchado, y me hospitalizó en el hospital, en Iquique”.


“Uno conoce lo que es el trasplante y para qué sirve. Pero no se interioriza más de eso. Nunca pensé que me iban a trasplantar. O sea, eso uno no se lo imagina para nada”, agrega Rodrigo. “En una semana de haberme avisado que era primero, llegó mi corazón inmediatamente. Entonces fue una alegría muy grande. Una felicidad. (A la familia del donante) Yo le diría que muchas gracias por haber hecho ese gesto tan maravilloso de haber respetado y de haber donado, porque me dio vida”.

Diagnosticada con miocardiopatía dilatada, Claudia Alvarado, una joven mamá de 34 años vio cambiar su vida, primero con el deterioro de su enfermedad, y después, con el trasplante:

“Fui trasplantada hace ya un mes y medio, más o menos, y me siento de maravilla. Fue un cambio de vida totalmente distinto a lo que estaba acostumbrada antes, que no podía ni siquiera hablar y no cansarme, no podía hacer las dos cosas, tenía que parar y volver a hablar. Ahora ya puedo hablar de corrido, moverme, no con tanta normalidad ya que tengo una amputación en la pierna, pero hacer las cosas más normales a lo que podía hacer antes, totalmente, un cambio muy, muy drástico”.

Claudia agrega que

“Es súper importante el tema de la donación de órganos. Creo que es un tema tabú y es un tema que también hay mucha desinformación y creo que es importante hablarlo con la familia, hablar con la familia, cuáles son mis deseos si es que llegara a pasar algo y no verlo como como algo malo; estoy pensando en la muerte, sino que poder dejar tus deseos, expresarlo con la familia decir sabes que a mí me gustaría ser donante, y eso es lo que les puedo decir a los demás también, que den una oportunidad de vida, porque esto es una segunda oportunidad de vida para el que está mal. Y dar una segunda oportunidad de vida, es darle una segunda oportunidad a toda la familia también”.